«La dopamina (DA) es el neurotransmisor del placer». ¿Cuántas veces he oído eso? Durante un tiempo, incluso lo creí. Y hasta lo defendí. Angelito… Luego, como casi todo en la vida, uno crece, estudia, y aprende cosas; y se da cuenta de las aberraciones que se dicen nacidas de la ignorancia o la información incompleta. En fin.
La DA es un neurotransmisor (aunque capaz de actuar como neuromodulador) sintetizado principalmente por las neuronas del Área Tegmental Ventral (ATV) y la Sustancia Negra compacta, dos estructuras situadas en el mesencéfalo. Pertenece a la familia de las catecolaminas y es la precursora de neurotransmisores como la epinefrina (adrenalina) y norepinefrina (noradrenalina). Posee hasta 5 subunidades receptoras (D1, D2, D3, D4 y D5), aunque las más conocidas son la D1, D2 y D4. Es desactivada y degradada por la enzima Catecol-O-Metil transferasa (COMT), y recaptada y almacenada de nuevo en las vesículas presinápticas por la Mono-Amin Oxidasa (MAO). Aquí tenéis un esquema de la síntesis:
Y de la degradación:
La DA se distribuye por todo el cerebro a través de cuatro vías: la vía mesocortical, mesolímbica, nigroestriatal y tuberinfundibular, y su papel en el Sistema Nervioso es determinante para el buen funcionamiento de muchos procesos del organismo, aunque es fundamentalmente reconocida por dos propiedades: es la responsable de los déficits motores que aparecen en el mal de Parkinson, y la responsable del circuito de refuerzo, erróneamente llamado «circuito del placer/recompensa».
La vía mesocortical la componen neuronas del ATV que extienden sus axones hasta distintas zonas de la corteza cerebral, principalmente la zona frontal. La función de esta vía se ha relacionado con distintos aspectos de la cognición, la motivación y la emoción. Cuando se daña esta ruta, la conducta puede verse gravemente afectada, en tanto que pueden aparecer problemas de impulsividad, compulsividad, psicosis y otros síntomas.
La vía mesolímbica surge también del ATV y alcanza diversas estructuras del circuito límbico, como la corteza prefrontal medial, el núcleo accumbens (nAcb; que se identifica con el estriado ventral), la amígdala, el núcleo basal de la estrella terminal (BNST, en inglés) y el hipocampo. Este circuito es el principal responsable del refuerzo y la conducta motivada. Y es el que se ha identificado hasta la saciedad con el «circuito de recompensa». Tiene parte de lógica confundir lo reforzante con lo placentero, pero no es lo mismo; ese es otro tema. En el desarrollo de la adicción, esta es la primera y más determinante ruta afectada. Tanto, que si no se produce un fenómeno concreto, la adicción no parece ser posible. Pero volveremos a ello en otro momento.
La vía nigroestriatal es la «tercera» vía, aunque se está viendo que su relevancia en varias conductas es mayor de la que se pensaba. Está formada por neuronas que alcanzan los ganglios basales desde la sustancia negra. Es la responsable de la regulación motora y su disfunción es la causante de los problemas motrices en la enfermedad de Parkinson.
La vía tuberinfundibular surge del núcleo arqueado del hipotálamo (región tuberal) y alcanza el área infundibular (situada en el límite inferior del hipotálamo). La liberación de DA en esta vía regula la secreción de prolactina desde la glándula pituitaria (o hipófisis).
Aquí tenéis una imagen de las principales vías dopaminérgicas en el cerebro:
Ahora bien, ¿por qué digo «esa gran desconocida», cuando parece que se sabe mucho sobre la DA? Porque muchos divulgadores y personas poco informadas (lo digo sin acritud, sinceramente), asumen que el rol de la DA en la motivación está asociado al placer: si algo es reforzante y motivador, es porque nos gusta ¿no? Eso es simplificar estratosféricamente.
La función principal de la DA es la de aportar significación (saliencia) a los estímulos. Señalarlos como importantes o no importantes, por lo que las neuronas dopaminérgicas disparan, en primer lugar, ante estímulos novedosos. Se libera DA, por ejemplo, cuando nos enfrentamos a una situación desconocida, sea esta agradable o desagradable. Ese valor no lo determina esta sustancia.
¿Por qué, entonces, existe confusión? Bueno, la recompensa se refiere al valor emocional de un estímulo, mientras que el refuerzo es la propiedad de un estimulo para hacer que la conducta que ha causado su obtención, se repita. Durante los estadios iniciales de un aprendizaje reforzado, las neuronas de DA se excitan cuando se consigue el reforzador. Se activan, por tanto, cuando se obtiene la consecuencia deseada. La recompensa es un refuerzo, pero un refuerzo no es siempre una recompensa. Aunque suelen ser utilizados como sinónimos, no lo son. Además, la elevación de los niveles de DA antes de la emisión de la respuesta es también básica para activar los patrones de conducta adecuados y mantener vigorizada la conducta.
En este sentido, lo más intuitivo es pensar que una conducta que se mantiene en el tiempo, debe proporcionar algún tipo de beneficio a aquella persona que la ejecuta. Pero eso es debido a que nuestro cerebro tiende a simplificar. Y a que no nos enseñan en el colegio las diferencias entre refuerzo y recompensa = b.
Pingback: 9 razones por las que siempre tienes hambre - Ernesto Tarragón Cros | Una vida en prácticas
Pingback: Nutrición y cognición (II): fatiga - Ernesto Tarragón Cros | Una vida en prácticas
Pingback: Tú sí, tú no… Así elige la adicción. | Como decíamos ayer…
Pingback: ¿Cómo se transporta la dopamina en el cerebro? | Como decíamos ayer…
Pingback: Neuropsicología del venirse arriba
Pingback: Refuerzo, recompensa y adicción a la comida | Como decíamos ayer…
Pingback: El cerebro y comer compulsivamente | Como decíamos ayer…
Pingback: Nutrición y cognición (II): fatiga | Como decíamos ayer…
Pingback: 9 razones por las que siempre tienes hambre | Como decíamos ayer...
Hola Ernie!! Buscando algo precisamente sobre DA y neuromoduladores me encontré con tu blog!! jejeje. Me gustó eh está muy bien! Saluditos, Lu
Me gustaMe gusta
Luisa! Qué sorpresa! Me alegra que te guste el blog, y que lo encuentres útil! ^_^
Espero que todo te vaya muy bien con la tesis 🙂
Cuídate mucho!
Me gustaMe gusta
Pingback: Mapeando el cerebro « Como decíamos ayer…
Pingback: ¿Por qué comemos? (II) « Como decíamos ayer…
No vas a creerte cuánto acabas de facilitarme estudiar Farma xD
Me gustaMe gusta
Muy ilustrativo! ^^
Me hace gracia pensar que probablemente estás segregando dopamina mientras piensas en la dopamina… XD
No sabía que la dopamina era un neuromodulador. No es lo mismo que un neurotransmisor, ¿no? Si no recuerdo mal los neuromoduladores actúan de forma más inespecífica que los neurotransmisores. ¿Es así?
Me gustaMe gusta
Algunos neurotransmisores pueden ser moduladores (como el caso de la DA), pero no al revés. Los neurotransmisores se liberan en el terminal presináptico, actúan en la sinapsis y se recaptan rápidamente. Los neuromoduladores, por norma general, pueden también ejercer su acción lejos de la neurona desde la que son liberados y tardan más en degradarse, por lo que su acción suele ser de efecto más duradero (por ejemplo, opioides endógenos como las dinorfinas).
Me he dado cuenta de que no está muy bien expresado… La DA sí es un neurotransmisor. Pero tiene también efectos neuromoduladores.
Me gustaMe gusta
Entendido! Gracias por la explicación ^^
Me gustaMe gusta