Éxtasis

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Ya está bien de hablar de alcohol, que también existen otras drogas. Aunque es verdad que alguna puede resultar más interesante que otra. Una de las más curiosas y que, a mi parecer, más llama la atención entre la gente es el éxtasis, o la 3,4-metilendioximetanfetamina (MDMA).

El MDMA actúa como factor liberador de serotonina, norepinefrina y dopamina (Fitzgerald y Reid, 1990). Entra en las neuronas gracias a su acoplamiento a los transportadores monoaminérgicos (Fitzgerald y Reid, 1990), y una vez en el interior inhibe las vesículas de estos transportadores. El resultado es un aumento de la concentración de esos neurotransmisores en el citoplasma (Bogen et al., 2003), debido a que sus recaptadores no están disponibles. Además, el MDMA también actúa como un agonista (aunque débil) de los receptores 5ht1 y 5ht2 de serotonina, y, como ocurre con otras drogas, su principal metabolito, el MDA, aumenta es más potente aún (Lyon et al., 1986; Battaglia et al., 1988; Nash et al., 1994; Steola et al., 2003).

Se ha sugerido que parte de los efectos empatógenos de esta sustancia se debe a una liberación indirecta de oxitocina por la activación del sistema serotoninérgico (New Scientist, 2007) . Ya hablamos de esta hormona en otras entradas, así que sólo recordaré que está asociada a la confianza y el apego (Theodoridou et al., 2009).

Los consumidores de éxtasis suelen describir el subidón de esta sustancia como un aumento de la empatía, del feeling con los demás, etc. No es de extrañar, pues, que sea normalmente descrito como un empatógeno. Sin embargo, todavía hoy se sabe poco acerca de cómo actúa esta droga para producir la facilitación del reconocimiento de emociones genuínas en las otras personas.

Un estudio recientemente publicado en Biological Psychiatry (Bedi et al., 2010) quiso poner a prueba ese supuesto aumento en la empatía que provoca el éxtasis. Sin embargo, descubrieron que, de hecho, las personas son peores identificando las expresiones faciales de los demás bajo los efectos de esta sustancia, aunque este efecto ocurría únicamente para las caras amenazantes.

Los investigadores, de la mano del psicólogo Gillinder Bedi, se citaron con los voluntarios en tres ocasiones, en cada una de las cuales los sujetos recibieron éxtasis, placebo o metanfetamina. Aunque todos los sujetos dieron su aprobación, el experimento siguió un diseño de doble ciego, de forma que ni ellos ni los experimentadores sabían qué estaban tomando. Una hora después de tomar la droga, se les pidió que puntuaran tanto su estado de ánimo como su estado emocional mediante distintos cuestionarios estandarizados, y que «participaran en un estudio» sobre identificación de emociones en otras personas mediante distintos tests: en uno debían fijarse únicamente en los ojos, en otro, en toda la cara en general, y un tercero en el que se pedía lo propio con voces.

Los participantes informaron de que sentían significativamente más amorosos, amistosos y juguetones bajo la toma de MDMA, aunque, paradójicamente, a dosis altas esta droga indujo sensación de soledad y desamparo. La metanfetamina también disparó algunos de estos sentimientos, pero de forma menos intensa (cabe recordar que el MDMA es un derivado de la metanfetamina, con una estructura molecular muy similar).

Es interesante que los cuestionarios sobre emoción no aumentaron la habilidad de los sujetos con MDMA para identificar emociones en otros. De hecho, la gente empeoraba su puntuación, aunque únicamente en lo referente a las caras amenazantes. Este resultado sugiere que el éxtasis quizá esté causando parte de ese aumento en la «conexión social» inhibiendo las señales negativas provenientes de las caras de otros, más que ensalzando la propia habilidad para destacar las emociones positivas.

A pesar de ser un estudio inicial, el trabajo de Bedi y su equipo indica por lo pronto que la etiqueta de «empatógena» resulta, en el fondo, errónea para esta droga, ya que de hecho nos hace peores interpretando las emociones del resto. Pero como está ampliamente extendido el asociar la empatía con la interacción social, los efectos de la droga se han ligado tradicionalmente a un aumento de la afectividad.

Viendo este trabajo es interesante pensar en que tal vez merezca la pena hacer el esfuerzo por encontrar nuevos enfoques y puntos de vista al pensar sobre las drogas, y no dejarnos llevar por la inercia de lo hecho hasta ahora. Las pruebas son completamente necesarias, pero también, de vez en cuando, saber romper los supuestos establecidos acerca de las drogas.

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Referencias

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Battaglia G, Brooks BP, Kulsakdinun C, De Souza EB (1988). «Pharmacologic profile of MDMA (3,4-methylenedioxymethamphetamine) at various brain recognition sites». Eur J Pharmacol, 149(1-2): 159-163.

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Bedi G, Hyman D, de Wit H (2010). Is ecstasy an «empathogen»? Effects of ±3,4-methylenedioxymethamphetamine on prosocial feelings and identification of emotional states in others. Biol Psychiatry, 68(12): 1134-1140.
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Bogen IL, Haug KH, Myhre O, Fonnum F (2003). «Short- and long-term effects of MDMA («ecstasy») on synaptosomal and vesicular uptake of neurotransmitters in vitro and ex vivo». Neurochem Int, 43(4-5): 393-400.
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Fitzgerald JL, Reid JJ (1990). «Effects of methylenedioxymethamphetamine on the release of monoamines from rat brain slices». Eur J Pharmacol, 191(2): 217-220.

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Lyon RA, Glennon RA, Titeler M (1986). «3,4-Methylenedioxymethamphetamine (MDMA): stereoselective interactions at brain 5-HT1 and 5-HT2 receptors». Psychopharmacology, 88(4): 525-526.

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Nash JF, Roth BL, Brodkin JD, Nichols DE, Gudelsky GA (1994). «Effect of the R(-) and S(+) isomers of MDA and MDMA on phosphatidyl inositol turnover in cultured cells expressing 5-HT2A or 5-HT2C receptors». Neurosci Lett, 177(1-2): 111-115.

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Setola V, Hufeisen SJ, Grande-Allen KJ, et al. (2003). «3,4-methylenedioxymethamphetamine (MDMA, «Ecstasy») induces fenfluramine-like proliferative actions on human cardiac valvular interstitial cells in vitro». Mol Pharmacol, 63(6): 1223-1229.

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Theodoridou A, Rowe AC, Penton-Voak IS, Rogers PJ (2009). «Oxytocin and social perception: oxytocin increases perceived facial trustworthiness and attractiveness». Horm Behav, 56(1): 128-132.

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«Ecstasy Really Does Unleash the Love Hormone.». New Scientist. 4 April 2007.

4 comentarios en “Éxtasis

  1. Pingback: La oxitocina: el gorila de la discoteca «Confianza» | Como decíamos ayer...

  2. Si señor, buena entrada. Muy interesante la sensacion de los sujetos de sentirse mas empaticos, no siendonlo. En realidad la MDMA crea realidades no exintentes. ¿Puede ser esa una forma de separar drogas y Drogas?. Unas no influyen sobre la realidad y otras si. Un abrazo

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    • De hecho, hay una forma de clasificación «funcional» de las drogas que reserva una categoría para calificar a estas sustancias que alteran la percepción de la realidad: psicotrópicos. Ahí entran desde MDMA hasta sustancias naturales como la mescalina.
      Aunque hay mucho debate sobre la clasificación de las drogas, ya que de una u otra forma, la gran mayoría (si no todas) alteran la percepción en mayor o menor medida.

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